No es una utopía educativa sino un método nacido hace más de 100 años
presente en colegios públicos y privados de toda Europa y Estados
Unidos. En España hay ya dos colegios Montessori (en Gerona y Madrid) y
el próximo curso abrirá un centro en Valencia y otro en Figueras.
La
recién nacida Asociación Montessori Málaga, sin ánimo de lucro, quiere
que la capital o la provincia cuente con un colegio que siga este método
y se convierta así en el primero de Andalucía.
De momento forman
la asociación una veintena de familias, «que nos hemos conocido en
cursos de pedagogía Montessori buscando una manera distinta de hacer
escuela», explica Ángeles Pedrero, responsable de este nuevo colectivo,
que cree que tiene mucho margen para crecer, «porque hay muchas familias
interesadas en un modelo educativo diferente, que cuide la educación en
la naturaleza, la música, la educación artística y la emocional».
Ángeles
explica que en el método Montessori, el profesor es ante todo un guía
que no premia o castiga y las clases, sin pupitres, son una evaluación
continua en la que los alumnos se agrupan por tramos de tres años, de
ahí que haya clases con niños de 3 a 6 años, de 6 a 9 años y así
sucesivamente. «Cada niño trabaja a su nivel, pero a lo mejor ve a los
mayores utilizar unos materiales y va más allá, trabajando juntos si
quieren».
Y es que uno de los rasgos más llamativos de este método
es que el alumno trabaja con total libertad en lo que quiere con
materiales diferentes dispuestos en la clase, que suele ser un espacio
amplio y en el que la experimentación y el contacto directo con las
distintas disciplinas desbanca a la memorización.
Autonomía y responsabilidad.
Esta educación, resalta la presidenta de la asociación, «hace que lo
que más destaque de los niños sea la autonomía y la responsabilidad que
tienen, porque están acostumbrados desde pequeños a autodirigirse porque
se basan en el autoaprendizaje».
La asociación quiere ponerse en
contacto con el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía con el fin de
encontrar algún espacio para crear el colegio y recibir orientación. «La
asociación, sin ánimo de lucro, cuenta con el esfuerzo y el trabajo de
las familias, que queremos poner en marcha el colegio a un coste
mínimo».
Educación bilingüe, cocina, educación musical y emocional
son algunas de las materias que plantean incluir en este centro.
Además, la presidenta señala que en la provincia de Málaga ya hay otro
grupo Montessori, por lo que no descarta trabajar en común.
En
cuanto al fracaso escolar, incide en que «el nivel académico es muy
alto», algo que se nota cuando estos alumnos entran en la Universidad,
«porque desde pequeños tienen la capacidad crítica de abordar
situaciones, a tomar decisiones y a hacerse responsables de sus
consecuencias sin permitir que fracasen». «El niño descubre y avanza a
su ritmo, tiene una seguridad emocional muy grande y eso se nota», añade
Ángeles Pedrero. Otro aspecto importante que plantean es que la futura
escuela sea también un centro de formación para maestros y padres.
Para
dar a conocer este método, creado en 1907 en Roma por la pedagoga
italiana María Montessori, la asociación ha organizado este fin de
semana un taller que se imparte en el salón de grados de la Facultad de
Educación de la Universidad de Málaga con el título Introducción a la
educación Montessori: Ambientes preparados y contextos de aprendizaje.
El taller está siendo impartido por el doctor Marco Zagal, profesor de
Química y Biología especializado en Neurociencia cognitiva y Betzabé
Lillo, profesora de Primaria, formadora y guía Montessori.
La asociación cuenta con un blog:
www.escuelactivamontessori.blogspot, el correo electrónico
montessorimalaga@gmail. com y un teléfono: 675 621 751.
«Fórmula 1».
Javier Madrid, actual inspector de Educación de la Junta y exdirector
de equipos pedagógicos comenta que se trata «de un método muy
enriquecedor para los niños y que todavía tiene cabida», por lo que ve
la idea de este grupo de padres de Málaga «muy buena». El experto indicó
a este diario que el método Montessori «ha influido muchísimo en los
sistemas educativos de todo el mundo» y puso el símil de los avances
tecnológicos de la Fórmula 1, «que luego pasan a los coches». En este
sentido, subrayó que muchos aspectos de esta educación «los estamos
desarrollando en muchos centros de Infantil».